Sabía que podía ser peligroso, pero el deseo de querer intentarlo era más fuerte que la razón. Cada paso que daba restaba un minuto de mi media vida. Escuchaba sus gritos de dolor, eran voces que no me decían nada pero el ambiente lo decía todo.. y yo continuaba avanzando.
Dos caminos y yo, el largo no era una opción; el otro era un tunel oscuro que acortaría mi destino, pero curioso e iluso al fín no podía entender a qué se referían aquellas voces. Mi curiosidad ahogó mi intuición, los segundos pasaban en cámara lenta, los árboles muertos me enviaban mensajes de advertencia con sus ramas secas.. y yo continuaba avanzando.
Las sombras del tunel me arroparon, veía mi media vida en una elipsis, el desierto tunel me sabía tan bien que esperó el momento preciso para llevarme a mi destino, la luz.
-Ya falta poco
Detrás de mi en un susurro escuché, era una voz tan estremecedora que mi única alternativa era girar a ver de quién se trataba, pero no había nadie...
- Continúa
Un eco al fondo del tunel con voz de niño, tardé un instante para girar de nuevo, pero lo logré, solo para ver los ojos de una sombra enorme a cinco pulgadas de mi espacio; estaba inmovil.
La sombra colocó su mano izquierda en mi hombro derecho, me regaló una escalofriante sonrisa mientras sacaba una daga de algún lugar de su cuerpo.
Una... dos... tres... cuatro... cinco... seis... y ahí perdí la cuenta de cuantas veces la clavó en mi pelvis mientras sonreía; fuera del tunel comenzó a llover, y yo era el espectador desde otra perspectiva, mientras la otra parte de mi media vida, continuaba avanzando.